© Elizabeth Dalziel / WWF UK
Desperdicio de alimentos
Digamos no al desperdicio de alimentos

Cuando desperdiciamos alimentos, también desperdiciamos energía, agua y, a menudo, el hábitat de la vida silvestre que se sacrificó para dar origen a ese alimento. Cada pedacito de alimento que producimos es único y debe valorarse al máximo. 

¡Conviértete en un defensor de los alimentos!

 

© David Lauer / WWF México

Impactos catastróficos

¿Sabías que el desperdicio de alimentos tiene un impacto significativo en la crisis climática, pues es el responsable de la producción del 10% de los gases de efecto invernadero (GEI) que afectan al planeta?

También significa mucha destrucción del bosque, desviación del agua de los ríos, degradación del suelo y pérdida de biodiversidad. Todo por nada. Y le cuesta a la economía global miles de millones por año, un costo sorprendente para todos los ciudadanos y una pérdida de ingresos para los agricultores. 

Debemos cambiar de dirección por el bien de las personas y la naturaleza, haciendo que la pérdida y el desperdicio de alimentos sean inaceptables social y políticamente, y garantizando que todos los involucrados en la producción de alimentos transformen sus prácticas laborales.

© Palmiro Ocampo

El desperdicio de alimentos no es una opción

Se estima que la pérdida y el desperdicio de alimentos a nivel mundial varía entre 20% y 45%, dependiendo del tipo de producto que se trate, siendo las frutas y verduras lo que más se pierde, junto con las raíces y tubérculos (45%), seguidas por los cereales, pescados y productos marinos (30%), 20% de los productos avícolas, lácteos, carne de vacuno, legumbres y oleaginosas.

Detrás de cada alimento que consumimos se emplea una gran cantidad de tierra, agua y energía, que puede perderse al ser desechado. Esto, ya que para la producción de 1,2 toneladas de alimentos se requiere de 4,4 km2 de tierras agrícolas y 760 km3 de agua. Sin embargo, esta es una situación poco conocida, pues la mayoría de las personas no considera que su alimentación sea determinante en la crisis ambiental. 

Según cifras de estudios realizados por la Universidad de Santiago de Chile en nuestro país botamos 3.700 millones de kilos de comida cada año a la basura, lo que equivale a más de 4.000 canchas de fútbol llenas de comida. 

Si la pérdida y el desperdicio de alimentos fuera un país, este sería el tercer mayor emisor de gases de efecto invernadero.
© Sancho BBDO

© Luis Barreto/WWF-UK

Pérdida de biodiversidad

Gran parte de la pérdida de biodiversidad en el planeta está relacionada con la elaboración de nuestra comida. El impacto del sistema alimentario sobre la naturaleza incluye alimentos que no se consumen, prácticas agrícolas no sustentables, la expansión de la frontera hacia zonas silvestres y la consecuente deforestación, así como pesca y acuacultura no sustentables. 

Actualmente, la agricultura es responsable de la mayor parte de la conversión de los bosques y ello tiene un impacto negativo sobre las especies animales y vegetales que lo habitan, dando origen a una gran cantidad de problemas ambientales.

© Michel Gunther / WWF

Qué hace WWF Chile

WWF Chile promueve el desarrollo de sistemas alimentarios urbanos sostenibles, los que conducen a una importante reducción de la huella ecológica de la población. Esto es posible a través de una correcta disposición, tratamiento y valorización de los residuos orgánicos; la reducción de la pérdida y desperdicio de alimentos; y el fomento de dietas basadas en el planeta.

Una correcta gestión de residuos orgánicos permite avanzar hacia una economía circular baja en emisiones de gases de efecto invernadero, generando un importante ahorro en el consumo energético para la disposición y tratamiento de los residuos a nivel municipal.

Por otra parte, evitando el desperdicio y rescatando aquellos alimentos que están en buenas condiciones para ser consumidos, las necesidades básicas de comunidades vulnerables pueden ser cubiertas a través de la entrega de estos mismos.

Por último, fomentando la alimentación consciente y la adopción de dietas basadas en el planeta es posible mitigar los efectos de cambio climático, contribuyendo a la salud del medio ambiente. Esto se puede lograr a través de la diversificación de los cultivos y a la reducción del consumo de productos con una alta huella de carbono.

 

Conoce más sobre las dietas basadas en el planeta

© WWF Chile

Municipios y el desperdicio de alimentos

En Chile resultan destacadas las iniciativas gestadas desde los municipios, los cuales, desde su gestión, se enfrentan a algunas situaciones que podrían parecer lejanas, como el manejo de los residuos domiciliarios y el apoyo a familias con dificultades para cubrir sus necesidades alimentarias, pero que a través de innovadores acciones pueden complementarse y dar respuestas concretas a sus comunidades.

El desperdicio alimentario con el fin de revalorizar productos que hoy terminan en la basura, cuando aún están en condiciones adecuadas para ser consumidos, puede tener diversos enfoques y gestores. A nivel global se han desarrollado iniciativas tanto del sector público como privado, pues existen diferentes mercados y públicos objetivo a los cuales se dirigen estas acciones.

La guía de experiencias y buenas prácticas es el resultado de un levantamiento de información y sistematización metodológica de experiencias desarrolladas por municipios chilenos para la reducción de la pérdida y desperdicio de alimentos, solicitado por WWF Chile y ejecutado por Fundación Basura. De esta acción, cuatro iniciativas locales fueron identificadas: el Banco de Alimentos de Cerro Navia; la gestión de residuos sólidos y reciclaje de la Dirección de Gestión Ambiental (DIGA) de La Pintana; la gestión integrada de recolección, compostaje y desarrollo de huerta agroecológica del Ecoparque de Peñalolén; y el proyecto de Ferias libres Cero Residuos apoyado por varios municipios de la Región Metropolitana.

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